San Juan de Duero, situado en la capital soriana a orillas del río Duero, pasado el puente de piedra, este antiguo monasterio se construyo entre los siglos XII y XIII por los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén.

    Del monasterio solo se conservan la iglesia y las arquerías del claustro. La iglesia constaba de una nave, breve presbiterio y ábside de cascarón, todo de una gran simplicidad. Llaman la atención los dos templetes dispuestos uno a cada lado del presbiterio a modo de iconostasio, cada uno de ellos alberga un altar de forma que podía cerrarse el espacio que quedaba entre ambos y ocultar al sacerdote en el momento de la consagración, siguiendo las normas del rito griego.

   El Claustro

    El excepcional claustro, situado al sur de la iglesia, con forma de cuadrilátero irregular, sorprende por una mezcla de estilo románico y mudéjar con influencias normando-sicilianas que se combinan en diferentes arquerías, con arcos apuntados tendentes a la herradura, arcos que se entrelazan y otros secantes. Arcos califales con clara influencia árabe, rematan los chaflanes. Es uno de los espacios claustrales más excepcionales de la provincia de Soria y de España. Fue declarado Monumento Nacional el 25 de agosto de 1882.

    El Monasterio de San Juan de Duero es un lugar ideal para los amantes de la historia y la arquitectura, así como para aquellos que buscan un lugar tranquilo y relajante para disfrutar de un paseo. La originalidad del monasterio lo convierte en una de las joyas del románico español más reconocidas y representativas. Visita imprescindible en la ciudad de Soria.