
– RUTAS CULTURALES –
CAMINO DEL CID
Camino del Cid: Alcoba de la Torre – Retortillo de Soria
Recorrido Total: 172 Kilómetros
El emblemático Camino del Cid traspasa los límites de la provincia de Soria al adentrarse en la histórica Alcoba de la Torre, donde el origen árabe aún suscita debates y disquisiciones. Esta localidad se erige como una fortaleza estratégica musulmana en la línea del Duero, emergiendo como un punto clave en la antigua calzada romana que enlazaba Uxama (Osma) y Clunia.
En un momento crucial en el año 989, Almanzor desató su furia sobre Alcoba, fortaleciendo la vital línea del Duero. La milenaria Torre de Alcoba, edificada probablemente en el siglo IX, permanece erguida y conserva con fidelidad las memorias del pasado.
Alcubilla de Avellaneda
Surge como un pequeño núcleo vulnerable, expuesto a los vaivenes de los ejércitos musulmanes y cristianos que transitaban la antigua calzada romana Uxama (Osma) – Clunia. Este poblado, en ocasiones abandonado, resurge en torno al siglo XI conforme la frontera castellana se expande hacia el sureste.
El siglo XVI deja su huella en forma de joyas arquitectónicas en Alcubilla, como el renacentista Palacio de los Avellaneda. A su vez, la Iglesia parroquial de la Magdalena y la Ermita del Santo Cristo, adornadas con estelas funerarias y reliquias romanas, testimonian un pasado de profundo interés.
La localidad de Alcubilla, donde las aguas del Río Pilde convergen con las del Río Cañicera, emerge como un oasis de fuentes y descanso. Justo frente a la ermita, un pequeño reposadero acoge a los viajeros del Camino del Cid, ofreciéndoles un momento de pausa en su travesía.
Zayas de Báscones
Un pintoresco enclave con apenas una decena de habitantes, se funde en un entorno de encinas y campos de caza. En su iglesia de origen románico, sometida a reformas en el siglo XVIII, se entrelazan las huellas del tiempo con la historia.
Villálvaro
Con cerca de 200 habitantes, sorprende con su arquitectura en adobe y llamativas chimeneas cónicas, propias de la región. La Ermita románica de Las Lagunas, abandonada en su término municipal, rinde homenaje a la devoción de los habitantes de ambas localidades.
Matanza de Soria
Despierta con leyendas de sangrientas escaramuzas y enfrentamientos entre fuerzas locales y las tropas que seguían a Almanzor. La Iglesia parroquial de San Juan Bautista, con arquitectura románica y toques góticos, añade un toque de enigma.
San Esteban de Gormaz
Su historia medieval cobra relevancia, vinculada al Cantar de mio Cid y su importancia estratégica en la frontera del Duero. Un escenario donde pasado y poesía convergen de manera inextricable.
San Esteban de Gormaz, cuyos habitantes se describen como personas mesuradas y prudentes, da la bienvenida a las hijas del Cid tras la afrenta en el Robledal de Corpes a manos de los infantes de Carrión.
En 1086, Alfonso VI perdona al Cid, robusteciendo su presencia. Siete fortalezas, con Langa de Duero entre ellas, se convierten en su legado.
Aunque se conoce poco sobre la situación de Langa en los siglos X y XI, su Torre o Castillo del Cubo, último vestigio de una fortificación que resguardaba el Puente Medieval de doce ojos sobre el Río Duero, deja una marca indeleble.
Castillejo de Robledo
Adquiere un papel central en el intrincado recorrido del Camino del Cid, siendo el lugar donde la afrenta a las hijas del Cid cobra protagonismo. Rescatadas por Félez Muñoz, las hijas encuentran refugio en San Esteban, sanando sus heridas.
Esta estrecha relación con la leyenda cidiana contrasta con el pasado incierto de Castillejo de Robledo, cuyas huellas históricas se manifiestan en su Iglesia románica y en su fortaleza.
Valdanzo
Los restos arqueológicos de una villa romana pintan un retrato del pasado, donde la vida giraba en torno al dueño de la villa. La Iglesia Nuestra Señora de la Asunción, con su conjunto escultórico gótico «el Descendimiento,» sigue siendo un testimonio vivo de épocas pasadas.
Miño de San Esteban
Se perfila como un diminuto enclave que alberga menos de un centenar de residentes. En ese marco, se alza la torre campanario de la Iglesia de San Martín, un exponente que supera los límites convencionales en dimensión. Las huellas de una torre de defensa antaño resguardada quedan inscritas en su base.
La iglesia ostenta una sillería de calidad, fusionando los estilos románico y gótico. Su estructura, una sola nave, abraza una galería de nueve arcadas anexa, cada una ornada con motivos florales en su simplicidad, salvo una, donde se esculpen aves. El capitel izquierdo de la iglesia rinde homenaje a la imagen bíblica de Sansón enfrentando al león, mientras que en el lado derecho figuran grifos.
El paradero exacto de la Torre de doña Urraca, aludida en el Cantar, permanece en las sombras, así como donde Félez Muñoz brindó amparo a sus primas malheridas y desvalidas en el robledal de Corpes.
El montículo llamado La Torre, flanqueando el Llano de Urraca y contiguo a Soto de San Esteban, posiblemente abrace esa encrucijada. Fuera de esta incógnita, una atalaya musulmana de vigilancia pudo alzarse en Aldea de San Esteban, comunicando visualmente con Peñalba y San Esteban.
Alcubilla del Marqués
Emerge sobre el cerro cónico, una estructura fortificada de origen musulmán podría haber cedido en el siglo X, en alguna de las incursiones lideradas por Abderramán III. El relato señala que Alcubilla del Marqués marca el ocaso de Castilla, no obstante, su influjo castellano trasciende hacia el Sur.
El Burgo de Osma
Dentro del escenario de la calzada Quinea, el Cantar quizás incurriría en un error de transcripción en referencia a la calzada de Clunia. En realidad, este tramo remonta un ramal de esa calzada, abarcando desde Uxama (Osma) hasta Termancia (Tiermes).
Las raíces de Osma y El Burgo de Osma se entrelazan con la antigua urbe celtíbera y romana de Uxama – Argelae, una referencia citada por Plinio y otros historiadores clásicos. En el siglo VIII, los árabes toman el control de la ciudad y erigen una atalaya de vigilancia. Uxama progresivamente cede terreno, paralelamente surge la naciente Osma, contigua a la antigua Uxama.
En simultáneo, en el monte vecino a Uxama, se erige el actual Castillo en los siglos X y XI. Los avatares de Osma reflejan su estratégica ubicación a lo largo del Duero, bajo el dominio alternante de musulmanes y cristianos. En 1088, Alfonso VI decreta su repoblación.
No se registra documentación que acredite la presencia histórica del Cid en Osma, aunque su condición de alcaide de la vecina Gormaz arroja un matiz. Por su parte, el Cantar menciona a la cercana Alcubilla del Marqués hacia el Oeste y a Navapalos al Sur de Osma, separados por 6 y 11 kilómetros respectivamente.
Navapalos
De acuerdo al relato, los hombres del Cid cruzaron el Duero en Navapalos, hoy un Centro de Técnicas Arquitectónicas Tradicionales que alberga una Atalaya islámica. El Cantar narra que, en un paraje cercano a Navapalos, mientras el Cid reposaba, el arcángel Gabriel se le apareció, augurándole ventura en sus empresas.
La Fortaleza Califal de Gormaz
Cuyas riendas el Cid sostuvo junto con posiblemente Langa y Berlanga, desempeña un rol cardinal en la crónica histórica.
En 1081, la población situada al pie del castillo se ve atacada por un contingente musulmán, desencadenando la represalia implacable del Cid, quien emprende incursiones y asaltos en los territorios musulmanes circundantes, pertenecientes a la taifa de Toledo, entonces aliada estratégica del rey Alfonso VI.
El Cid actúa de manera independiente, prescindiendo del permiso de su soberano, Alfonso. Este acontecimiento, junto con la magnitud del ataque, contribuye a desatar el primer exilio del Cid, un desenlace ocurrido ese mismo año.
Berlanga de Duero
Conforme a la Crónica General de 1344, el Cid fue nombrado alcalde de Berlanga de Duero. Supuestamente, Alfonso VI le otorgó este dominio en 1089. Según el Cantar, Berlanga albergó a las hijas del Cid en su retorno a Valencia. Sus atracciones comprenden el Castillo de estructura renacentista, que se erige sobre un predecesor del siglo XII, y la Ex-colegiata del siglo XVI.
Brías
El perfil barroco de la Iglesia de Brías destaca en el horizonte de este singular pueblo soriano. Su Iglesia románica, originada en el siglo XII, alberga en uno de sus capiteles una talla románica de la Virgen de la Calzada, una joya inestimable del románico soriano.
Retortillo de Soria
La última parada en la travesía de la provincia de Soria, Retortillo de Soria, se erige como una villa señorial imbuida de historia intensa. Tradicional encrucijada desde tiempos remotos, esta villa se muestra al viajero rodeada por un recinto medieval amurallado, que resguarda en su seno una Iglesia gótica de notoria relevancia.
Ubicación privilegiada, umbral antes de adentrarse en la provincia de Guadalajara a través de la Sierra de Pela.
– CONRADO ANGEL –
FOTOGRAFÍA
RUTA EN EL MAPA
Conrado Angel Fotografía